Netflix anuncio recientemente que su nueva serie, Bridgerton, es el programa mas popular de la compania hasta la fecha. Adaptada de las novelas historicas de Julia Quinn, Bridgerton representa a un conjunto de familias de clase alta al comienzo de la «temporada» londinense en 1813. El espectaculo ha capturado tanto al publico como a la critica, pero no toda la atencion ha sido positiva. Su representacion creativa y, a veces, inexacta de la moda en el periodo ha sido objeto de algunas criticas.
No es la unica pieza de epoca que ha atraido tales criticas. Enola Holmes (2020) de Netflix y la adaptacion aclamada por la critica de Greta Gerwig de la novela Mujercitas (2019) de Louisa May Alcott, tambien se ha cuestionado la veracidad de sus trajes historicos.
Para algunos comentaristas, las elecciones de vestuario «inexactas» pueden, comprensiblemente, restarle valor al placer visual. Sin embargo, la licencia artistica que toman estos programas podria estar en consonancia con las novelas del siglo XIX, que ocasionalmente tambien adaptaron e idealizaron modas ficticias.
Paso en falso de la moda
Si bien Bridgerton hace muchas cosas bien en su interpretacion de la epoca de la Regencia, sus audaces elecciones de vestuario han sido objeto de un debate cada vez mayor. Creado por la disenadora de vestuario estadounidense Ellen Mirojnick, el vestuario, del cual habia 7.500 piezas, juega sin disculpas con nociones de precision historica.
Aunque adoptan en gran medida la silueta larga y fluida que recuerda a la decada de 1810, los colores atrevidos, las cinturas casi absurdamente altas y otras aparentes inconsistencias en los vestidos que usan los personajes femeninos han generado dudas entre los espectadores sobre la legitimidad de estas modas. Un articulo tambien senala acertadamente el paso en falso de la moda que hace Bridgerton en su uso inexacto de los corses. En una escena, por ejemplo, la espalda de Daphne Bridgerton esta cortada y magullada por su corse demasiado ajustado, pero las mujeres de la Regencia habrian usado una camisola (una prenda interior de lino) contra la piel para evitar que esto sucediera.
Aunque la disenadora de vestuario de Mujercitas, Jacqueline Durran, gano un Oscar al Mejor Diseno de Vestuario, los criticos han argumentado que el premio fue «inmerecido». La pelicula utiliza efectivamente los cambios temporales para realzar los momentos emocionales y hacer que la historia familiar sea nueva. Sin embargo, los espectadores han notado que el uso de siluetas inexactas complico esos movimientos en el tiempo. No hay una diferencia notable, por ejemplo, entre las faldas anchas que usan las hermanas March en la infancia y los vestidos que usan cuando son adultas, momento en el cual la forma de la falda habria cambiado significativamente.
Del mismo modo, el vestuario utilizado en Enola Holmes, ambientada en 1884 y basada en la ficcion para adultos jovenes de Nancy Springer, es una combinacion de estilos de diferentes epocas, lo que genera confusion sobre la linea de tiempo de la historia.
En una escena, dos crinolinas artificiales de jaula cuelgan en el escaparate de una tienda. Hecho de una serie de aros de acero para expandir una falda, este tipo de crinolina aparecio en junio de 1856 y paso de moda en la decada de 1880, en la que se desarrolla la pelicula. Para entonces, las tiendas habrian estado vendiendo polisones: una prenda interior acolchada en la parte posterior del vestido de las mujeres que se usa para agregar volumen.
Vestido anacronico
Pero el vestuario anacronico de tales producciones tiene un precedente historico. Algunos escritores del siglo XIX adaptaron modas ficticias para satisfacer sus propios gustos y los de sus lectores.
Uno de los ejemplos mas obvios es la novela Vanity Fair de William Makepeace Thackeray, que se publico por primera vez en serie entre 1847 y 1848. Al igual que Bridgerton, Vanity Fair reflexiona sobre la sociedad de clase alta, los chismes y las cuestiones de decoro en las primeras decadas del siglo XIX.
Escribiendo a mediados del siglo XIX, Thackeray se aparta de las modas historicas de la era de la Regencia, sin embargo, a favor de las modas de su propio tiempo. En una de las primeras ediciones de la novela, una nota a pie de pagina que se dirige directamente al lector declara:
Fue intencion del autor, fiel a la historia, representar a todos los personajes de este cuento con sus propios trajes, tal como los usaban a principios de siglo. Pero cuando recuerdo la apariencia de la gente en esos dias… No tengo corazon para desfigurar a mis heroes y heroinas con disfraces tan horribles; y, por el contrario, han contratado a un modelo de rango vestido de acuerdo con la moda actual.
En la ilustracion anterior, Thackeray caricaturiza la moda de principios del siglo XIX. Se supone que las lineas angulosas del sombrero y los pantalones del hombre, y el sombrero alargado de la mujer, que refleja la linea recta de su vestido, ejemplifican la moda Regencia «espantosa».
Por el contrario, otras ilustraciones de Vanity Fair muestran a los personajes de Thackeray con vestimentas tipicas de mediados de siglo. La imagen de la derecha muestra a la heredera Miss Swartz adornada con un vestido de gala de la decada de 1840, con un escote bajo en los hombros y un corpino puntiagudo y faldas amplias.
Ademas, la historiadora Anne Hollander senala que Jane Eyre (1847) de Charlotte Bronte, cuya segunda edicion estaba dedicada a Thackeray, tambien juega con la presentacion de la moda historica. Aunque no tan abierta como Thackeray, Jane Eyre, que supuestamente esta ambientada a principios de siglo, tambien “evoca esas mismas ropas romanticas contemporaneas a su autoria”.
En este sentido, tal como lo hacen los dramas de epoca en la actualidad, algunas novelas del siglo XIX adaptaron, idealizaron e incluso sexuaron modas ficticias para satisfacer el gusto del publico.