Cada vez que vemos un “momento de la moda”, usamos las palabras de Andre Leon Talley, de su descripcion del desfile Japonisme de 1994 de Galliano.
Talley, quien murio ayer a los 73 anos, era una figura extravagante y exagerada de la industria de la moda, inclinada al esnobismo y bastante autoritaria. Tenia un amor de larga data por la cultura francesa y la fertilizacion cruzada de la moda, el arte, la poesia y la vida.
Lo mas destacado fue que trabajo en Conde Nast durante cuatro decadas, donde, como director creativo y editor general de Vogue, dio forma a la forma en que entendemos y hablamos sobre la moda.
Nacido en Washington en 1948, Talley fue criado por su modesta abuela en la segregada Carolina del Norte y se graduo de la escuela secundaria en 1966. Delgado y estudioso, sonaba con:
viviendo una vida como las que vi en las paginas de Vogue, donde nunca pasaban cosas malas.
Asiduo a la iglesia, dijo mas tarde que ese ritual en particular era similar a ir a una corte real. La ropa de mujer brillante y los accesorios cuidados que se veian alli fueron archivados mentalmente.
Talley fue a la universidad en la universidad historicamente negra, la Universidad Central de Carolina del Norte, antes de completar su maestria en la Universidad de Brown, Rhode Island, el primero en su familia en asistir a una escuela de la Ivy League.
En Brown escribio su tesis sobre modelos negros en la poesia de Charles Baudelaire, una figura que defendio la moda como el epitome de la modernidad.
Nuevas narrativas de moda
El primer trabajo de moda de Talley fue como asistente de Diana Vreeland en el Museo Metropolitano de Arte.
La “emperatriz de la moda”, como el la llamaba, habia sido despedida como editora de Vogue estadounidense (1963-1971) por su imaginacion demasiado literaria y sus costosas sesiones fotograficas. En su segunda vida como curadora en el Costume Institute del Met, fue pionera en un enfoque teatral de las exhibiciones de moda en las que la vestimenta estaba conectada con temas epicos.
Ella fue la mentora perfecta para Talley e inundo su imaginacion con historias de lujo refinado, figuras de la moda del pasado y del presente, y el alcance de la cultura mundial.
En 1975, Talley fue contratado por la revista Interview de Andy Warhol. Ganaba 50 dolares a la semana y vestia ropa preppy, camisas a rayas y jeans ajustados.
Se empapo de este mundo de los habituales de Studio 54, donde el joven era fotografiado regularmente con la alta sociedad y los iconos del cine mas antiguos, cuyo mito Warhol destaco de formas nuevas e inusuales.
En las decadas de 1970 y 1980, las revistas de moda estadounidenses estaban realizando un trabajo importante en la recuperacion de historias estilisticas y narrativas de moda mas antiguas.
Talley ascendio para cubrir los desfiles de moda de Paris para Women’s Wear Daily y Vogue, convirtiendose en el primer hombre afroamericano en trabajar a este nivel, y comenzo a usar trajes a medida despues del duque de Windsor.
Para Women’s Wear Daily, ademas de escribir, Talley comenzo a disenar fotografias. Tenia la habilidad de capturar la sensualidad languida de la moda de los anos 70, pero su ojo no siempre fue apreciado.
En Francia, su cercania a la aristocracia de la moda de Yves Saint Laurent y Betty Catroux provoco celos. Talley se sintio intimidado por los rumores que sugerian que solo era popular porque se acostaba con personas como un hombre negro; algunos lo llamaban «Reina Kong».
Mundos mas amplios
En 1978, su informe sobre la coleccion Broadway de Yves Saint Laurent vio a Vreeland escribir que era el mejor informe sobre moda que habia leido: «una obra maestra de descripcion».
Talley tenia talento para una lectura muy detallada de la moda. No solo como se veia, sino de donde venia, como resonaba y a que mundos mas amplios podria aludir.
En 1983, Talley se unio a Vogue como directora de noticias de moda, y mas tarde se convirtio en directora creativa y editora general, vistiendo un vestido de regimiento o capas de Savile Row a la manera de Balenciaga.
Para Talley, Vogue era mas que moda. En su epoca, como en la de Vreeland, “se convirtio tambien en un mundo literario”. Fue uno de los primeros en mezclar alta costura con ropa barata en sesiones fotograficas de moda, disenando la alta costura de Chanel con los jeans de la modelo en una extension de Helmut Newton para Vogue.
Para la sesion de 1996 de Lo que el viento se llevo de Vanity Fair, fotografiada por Karl Lagerfeld, Talley cambio el negro por el blanco. Naomi Campbell se convirtio en Scarlett O’Hara como la primera supermodelo, siendo desagradable con su sirviente, un hermoso nino blanco. El disenador de moda Gianfranco Ferre interpreto a una criada negra. El disenador britanico John Galliano fue otra criada y el disenador de zapatos Manolo Blahnik interpreto al jardinero.
El fondo y las decoraciones eran autenticas antiguedades de la excelente coleccion de Lagerfeld, creando una narrativa visual que sorprendio a los lectores acostumbrados a los pliegos mas alineados con la publicidad y el marketing.
Pasando de moda
Talley enfrento tiempos infelices en los ultimos anos. Se encontro rechazado por Anna Wintour en el Met Ball, cuando su comentario regular fue reemplazado por el de un influencer.
“De repente me habia vuelto demasiado viejo, demasiado gordo y demasiado poco cool”, escribio en sus memorias de 2020, The Chiffon Trenches.
El libro cubrio muchas fases dificiles de su vida. Relato el abuso sexual infantil, reflexiono sobre como era ser el unico hombre negro en los escalones de la alta costura y su tristeza por “pasar de moda” con muchos. Fue desalojado de una casa en la que creia que tenia arreglo para habitar.
Escribio sobre su decepcion tanto con Lagerfeld como con Anna Wintour. No obstante, rechazo la idea de que Wintour era una reaccionaria, diciendo que ella «destrozo el techo de cristal» cuando lo convirtio en el primer hombre afroamericano en ser nombrado director creativo de Vogue en 1988.
En las ultimas decadas, Talley abrazo su tamano y aparecio en la alfombra roja con caftanes y capas de disenadores como Lagerfeld para Chanel y Tom Ford. Talley alento la libertad de vestirse con un grado de cuidado y autorreflexion. Como el comento:
No hay necesariamente una cierta forma en que uno deba vestirse. Uno debe vestirse bien de acuerdo a como se ve a si mismo en la sociedad.