Estoy luchando hoy. Si alguna vez has luchado por ser coherente con algo que te importa, tal vez mi lucha también resuene contigo.
Han pasado 939 días desde el 12 de noviembre de 2012. Esa es la fecha en la que publiqué por primera vez un artículo en JamesClear.com y hace casi 2 años y 7 meses. Durante estos 939 días en su mayoría gloriosos, a veces frustrantes, he escrito una nueva publicación todos los lunes y jueves. Semana tras semana. Mes tras mes. Año tras año.
Hoy tengo ganas de rendirme
¿Pero hoy? Bueno, hoy estoy luchando. Hoy no tengo ganas de escribir. Hoy, no tengo ganas de seguir la rutina. Hoy, no siento que tenga grandes ideas y no siento que tenga suficiente tiempo para hacer que las buenas ideas sean geniales. Hoy tengo ganas de rendirme.
Una investigación de la Universidad de Pensilvania ha demostrado que la determinación es la característica más relacionada con el éxito. Me vendría bien un poco de arena hoy.
Tu mente es un motor de sugerencias
Considera cada pensamiento que tengas como una sugerencia, no como una orden. En este momento, mi mente sugiere que me siento cansado. Me está sugiriendo que me rinda. Me está sugiriendo que tome un camino más fácil.
Sin embargo, si hago una pausa por un momento, puedo descubrir nuevas sugerencias. Mi mente también sugiere que me sentiré muy bien al realizar este trabajo una vez que esté terminado. Sugiere que respetaré la identidad que estoy construyendo cuando me ciña al horario. Sugiere que tengo la capacidad de terminar esta tarea, incluso cuando no tengo ganas.
La incomodidad es temporal
En relación con el tiempo en su día o semana normal, casi cualquier hábito que realice se acaba rápidamente. Su entrenamiento estará terminado en una hora o dos. Su informe se completará mañana por la mañana. Este artículo estará terminado en un momento.
La vida es más fácil ahora que nunca. Hace 300 años, si no matabas tu propia comida y construías tu propia casa, morías. Hoy en día, nos quejamos de haber olvidado el cargador de nuestro iPhone.
Mantén la perspectiva. Tu vida es buena y tu malestar es temporal. Entra en este momento de incomodidad y deja que te fortalezca.
Nunca te arrepentirás de un buen trabajo una vez que esté hecho
Theodore Roosevelt dijo célebremente: “De lejos, el mejor premio que la vida tiene para ofrecer es la oportunidad de trabajar duro en un trabajo que vale la pena”. Muy a menudo parece que queremos trabajar fácilmente en un trabajo que valga la pena. Queremos que nuestro trabajo sea útil y respetado, pero no queremos luchar por nuestro trabajo. Queremos que nuestros estómagos estén planos y que nuestros brazos sean fuertes, pero no queremos esforzarnos en otro entrenamiento. Queremos el resultado final, pero no los intentos fallidos que lo preceden. Queremos el oro, pero no la rutina.
Y, sin embargo, a pesar de nuestra resistencia, nunca me sentí peor después de haber hecho el trabajo duro. Ha habido días en los que era muy difícil empezar, pero siempre valía la pena terminar. A veces, el simple acto de presentarse y tener el coraje de hacer el trabajo, aunque sea de una manera promedio, es una victoria que vale la pena celebrar.
Así es la vida
La vida es un equilibrio constante entre ceder a la facilidad de la distracción o superar el dolor de la disciplina. No es exagerado decir que nuestras vidas y nuestras identidades se definen en este delicado equilibrio. ¿Qué es la vida, sino la suma de cien mil batallas diarias y pequeñas decisiones para destriparla o renunciar a ella?
¿Este momento en el que no tienes ganas de hacer el trabajo? Este no es un momento para ser desechado. Esto no es un ensayo general. Este momento es tu vida tanto como cualquier otro momento. Gastarlo de una manera que te hará sentir orgulloso.